Restos arqueológicos del Paleolítico Inferior, Medio y Superior, certifican la existencia de grupos humanos en esta época, debido en parte a la buena situación geográfica del concejo. Del Paleolítico Medio ha sido descubierto el Yacimiento de El Barandiallu que se sitúa en la parroquia de Villardeveyo. Su descubrimiento, que es relativamente reciente, ocurrió durante los trabajos de seguimiento arqueológico de las obras del gasoducto Burgos-Cantabria-Asturias (Ramal de Avilés) y que tuvieron lugar entre los años 1887 y 1888. Dicho yacimiento se sitúa en el margen izquierdo del río Aboño, en el barrio de La Vega (Villardeveyo). Constituye un buen ejemplo de yacimiento al aire libre del Paleolítico Medio ligado al desarrollo de la red fluvial en la zona central de Asturias, momento en que el nivel del río Aboño se encontraba estabilizado a la cota actual. En cuanto a una cronología exacta, podemos situarlo en un momento inconcreto del Pleistoceno superior, cuando probablemente sucedió el abandono por parte del grupo humano neandertal.

 

También se han encontrado recientemente restos de esta etapa en la parroquia de Santa Rosa (Lugo de Llanera), concretamente son materiales musterienses del periodo Achelense. Se trata de un Bifaz hallado en La Bérvola, además de otros restos localizados en Caraviés, en la falda del Picu Santufirme y en la actual urbanización de Soto de Llanera, parroquia de Pruvia. De la etapa final de este periodo se han encontrado restos en la estación de Cantu Negro, límite entre Llanera y Siero. Además en las riberas del río Heros en Tuernes y en Agüera (San Cucao) han aparecido restos de talla prehistórica en cuarcita y sílex. Del Paleolítico Inferior y Medio se han recogido restos en Cayés, a orillas del Nora, como bifaces.

 

Durante el Neolítico se localizaron estructuras tumulares en el Ortal (Pruvia) y en la Cobertoria. Este último tenía una estructura circular de unos 19 a 20 metros de diámetro alcanzando de 2 a 3 metros de altura. Por sus dimensiones podemos deducir que se trataba de un dolmen o cripta funeraria formada por grandes piedras en su interior. Dentro de esta etapa o en el Calcolítico se situaría el yacimiento encontrado en L'Arroyu, cerca de La Ponte en Cayés.

 

De la Edad de Hierro se asocian cinco emplazamientos castreños habitados probablemente por la tribu de los astures orientales de los lugones o por otra tribu diferente a los astures. Los castros son La Coroña (Ferroñes), Peña Menende (Bonielles), El Cantu San Pedro(Lugo), El Cueto (Lugo y Villardeveyo) y en el Pico Cogolla (Severies).

 

En la época romana destaca un importante asentamiento de la Asturias transmontana "Lucus Asturum", principal centro administrativo en época romana, cuyos restos se encuentran repartidos principalmente en torno a la Iglesia de Santa María de Lugo de Llanera. La presencia romana en torno a esta edificación tiene lugar primeramente en la época julio-claudia avanzada, aunque no de forma permanente sino más bien como frecuentación de la zona. Es en época flavia (fin. S. I d.c. y prin. S.II d. c.) cuando podemos hablar ya de construcciones. Se trata de muros de traza angular que forman estancias sucesivas en relación a un ambulacrum o pasillo, realizados en sillarejo y trabados con arcilla, típicos de momentos altoimperiales. Esta polis fue citada por Ptolomeo y recogida también por al Ravennate con el nombre de Luco Astorum como mansio de la ruta que enlazaba Asturica Augusta con Lucus Augusti, aunque sin una ubicación exacta.

 

En el entorno de Lugo de Llanera encontramos varios núcleos habitados tales como el castro de San Pedro, en cuya falda se halla el Castiello con indicios evidentes de unas termas aún sin excavar. También en la finca de La Castañera, próxima a la Iglesia se han encontrado restos de época romana. Todos estos yacimientos se encuentran situados cerca del cruce de dos importantes vías antiguas: la occidental que procede de Grado, la conocida Vía de la Mesa, que enlazaba con la zona centroriental a través de los concejos de Las Regueras y Llanera. Por tanto los restos encontrados pertenecerían posiblemente a unvicus viarii, una aglomeración secundaria compuesta por varias construcciones que constituyen un centro agrupado pero internamente disperso. Y es que, Lugo de Llanera jugó un importante papel en la ruta viaria entre la capital conventual (Astorga), la capital marítima (Gijón) y los núcleos rurales mineros o agrícolas.

 

No conocemos con exactitud la fecha de destrucción de la vieja civitas, pero sí que sufrió los ataques de aquellos pueblos que los invadieron (suevos, musulmanes), desencadenando en la desaparición del Imperio, aunque quedando la idea de Lucus reflejada en el Liber Testamentorum de época medieval y donde se cita su destrucción, pasando a denominarse ya no como una civitas, sino como villa, locum o valle. Lo que sí conocemos es que aquí hubo una sede episcopal anterior a la de Oviedo. Comienza una nueva fase histórica, durante la que el territorio de Llanera comienza a estar ligada al poder de los monarcas, con la creación del reino de Asturias,

 

La Monarquía se apropia de la mayoría de los terrenos por su valor estratégico, creando así una red parroquial en el Concejo con varias iglesias repartidas por el concejo como: Santa María de Lugo, Santa Cruz de Anduerga, San Cucufate, San Martín de Cayés, San Miguel de Villardeveyo y Santa Eulalia de Pruvia.

 

La Iglesia por otro lado domina buena parte del patrimonio llanerense, ya fuera a través de las donaciones de los reyes y los nobles, o por medidas de presión a estos mediante la mitra ovetense y el monasterio de San Vicente, el cual concentra un importante señorío en tierras de Santa Cruz y Santa María de Lugo. También los de San Pelayo y Santa María de la Vega de Oviedo. Amplía sus territorios gracias a las donaciones de los reyes Alfonso III y Ordoño II, pero sobre todo a la que realiza la reina Doña Urraca en el año 1112, cuando donará todo el territorio de Llanera a la iglesia de Oviedo, según el Liber Testamentorum, que se encuentra en la Catedral de Oviedo (Archivo) a la que nos dirigiremos en este momento para explicar más tarde el hecho de los Exconxuraos, ocurrido en el S.XV.

 

En menor medida, existían también pequeños propietarios, pero que serán anulados por la feudalización. Además la aristocracia local y astur leonesa se adueña de importantes bienes, creando sus propias villas con capilla, iglesia y monasterio, importantes centros económicos y refugio de los desfavorecidos. La figura del encomendero o comendero se convierte en una figura clave en Llanera, responsable de la defensa de los intereses de la mitra ovetense en el concejo evitando posibles ataques o rebeliones, haciéndose cargo de la seguridad de la población. Nombres como Rodrígo Gutierrez Solís (S.XIII), Menen Suárez Valdés (S. XIV), Rodrigo Álvarez de las Asturias (S.XIV)o Pedro Menéndez Valdés, son alguno de los tantos que existieron en la época.

 

Ya en la época moderna, durante la segunda mitad del S. XVI, Llanera perderá su condición de Obispalía y se verá afectado por la política filipina antiseñorial. Es en el siglo XVI, durante el reinado de Felipe II, cuando el concejo pasa a incorporarse a la corona. La ciudad de Oviedo compra el territorio sin contar con la participación vecinal. Este cambio trajo continuos conflictos con al Ayuntamiento de Oviedo, y se sucederán durante los siglos XVII y XVIII, siendo cada vez más débiles los lazos de unión entre Llanera y Oviedo.

 

Uno de los grupos sociales más importantes en cuanto al papel que desempeña, es la Iglesia poseedora de grandes rentas y numerosos bienes patrimoniales repartidos por todo el Concejo. Por eso nos detendremos en las iglesias de tipo popular asturiano de los siglos XV al XIX, de tradición barroca en la mayoría de los casos. Además de las iglesias existen varias capillas que correspondían a familias importantes del Concejo. Algunas de ellas formaban parte de un conjunto palatino o casa solariega, otras son ermitas rurales.

 

Durante el siglo XIX Llanera vivirá su independencia respecto a Oviedo, concretamente en el año 1859. El primer alcalde de Llanera fue Antonio López Coto entre 1859 y 1860. La revolución industrial dejará sus huellas a través de las minas de explotación y el nuevo trazado del ferrocarril de la línea León-Gijón en 1884, que permitió crear la estación de Villabona en 1887. Se producirá también la creación de la Tejería Mecánica por parte de Wenceslao Guisasola Larrosa, abasteciendo en un primer momento al túnel ferroviario de Villabona y Pajares, diversificando su producción más tarde. También se crean otras industrias como la Fábrica de pólvora integrándose más tarde en la Unión Española de Explosivos. Además estas fábricas dieron empleo a muchas personas, haciendo un giro en el modo de vida de los llanerenses.

 

Nuestro concejo fue también escenario de numerosas guerras históricas como la primera revolución francesa, durante la Guerra de la Independencia cuando Bonet fortificó la torre de Pruvia y en las Guerras Carlistas durante la cual surgió un círculo carlista y algún que otro altercado.

 

A finales del siglo XIX y principios del XX, el concejo crece considerablemente gracias en parte a sus vías de comunicación, como la de Oviedo-Gijón y Lugones-Avilés, y también gracias a su situación estratégica, con el consiguiente crecimiento económico.

 

En el año 1927 el Ayuntamiento de Llanera cede al Estado terrenos en Lugo para construir el aeródromo de La Morgal, utilizado más tarde en la Guerra Civil como lugar desde donde operaba la aviación militar.

 

Paralelamente al desarrollo minero e industrial de Llanera, se crean los polígonos de Silvota por un lado y el de Asipo tras el cierre de la fábrica de Cerámicas Guisasola y la Unión de Explosivos, solar este último sobre el que se asentará las nuevas iniciativas privadas. Más tarde se aprovechan los terrenos sobrantes en Silvota para implantar Mercasturias y el Parque Tecnológico. En la actualidad el concejo se sitúa en el área metropolitana del centro de Asturias, coexistiendo entre las nuevas estructuras urbanas e industriales que van surgiendo y a su vez con áreas rurales, esencia de su pasado histórico y de vital importancia. Gracias a esta mezcla y el beneficio de ambos, Llanera se ha convertido en uno de los concejos de mayor crecimiento económico de la región.